domingo, 24 de julio de 2011

LA PLAYA

Después de haber dormido mal esta noche, nos levantamos y preparamos la maleta corriendo. Quedamos a las nueve delante de la agencia de viaje en la que reservamos la excursión. Está diluviando. A pesar de la lluvia, decidimos seguir adelante con la excursión. Todos, Alejandro, Luisa, Jorge, Iván, Elena, Ana Emili y yo, esperamos al guía que nos llevará al barco. Emili decide hacer el check in en otro hotel por miedo a que no nos den habitación por la noche y se va con Ana. Aparece el guía que espera con Serge durante 20 minutitos, un poco preocupados. Llegamos al barco y arrancamos hacia un par de islas para bucear: Mosquitos y Bambú… Hay muchísimos peces que casi se comen a Jorge. Entre Luisa y Emili, los bautizan peces-paloma-pirañas.
El tiempo empieza a mejorar camino a Ko Phiphi leh. Antes, paramos a ver unos monos muy simpáticos que se comen todas las sobras de la comida asquerosa que nos habían preparado, e incluso los paquetes de manises que habíamos comprado, por si las moscas…
La isla de Ko Phiphi leh esconde tesoros increíbles, insospechables desde un barco metido en un mar tan bravo. Pero llegando a la fascinante playa de Maya Bay(la de la película de Di Caprio), empezamos  a adivinar sus riquezas. Después de ver la playa nos adentramos a su selva que lleva al otro lado de la isla. De vuelta al barco, vuelve a llover y damos la vuelta a la isla con el barco, y descubrimos un lago interior aún más sorprendente que la playa. Estamos todos extasiados.
El lago oculto
De vuelta a Ko Phiphi Don, nos envuelve una tormenta tropical muy intensa. Casi no podemos atracar. Antes de recoger las maletas, miramos los bungalows de Jorge Alejandro y Luisa mejores y más baratos que los de la noche anterior, con lo que decidimos trasladarnos. Tomamos un café hasta que amaina la lluvia, y tras asearnos vamos a cenar con Luisa, Jorge, Ana y Alejandro cerca del hotel. La comida nos gusta mucho. Tomamos algo en el Carlitos y acabamos viendo ThaiBoxing junto a Jorge y Luisa, bebiendo Gin Tonic en cubos.
Ya los dos solos, nos tomamos más gin tonic en cubos por la calle, donde nos encotramos a Iván y Elena que nos recomiendan los bares de la playa. Aprovechamos para despedirnos de ellos, y paseamos por la playa antes de volver a la habitación.

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